Sin lugar a dudas es la ermita más antigua de cuantas ha habido en Piedrabuena. Ya existía en 1471 y en 1845, al citarla Madoz dice de ella que “es bastante reducida, aunque de 3 naves”. Durante más de 50 años, esta ermita soportó toda clase de vicisitudes, desde ser un solar y campo de juegos infantiles a convertirse en depósito de muebles y por último utilizarse como almacén del Servicio Nacional del Trigo.
En 1951 se constituye una Junta para la reconstrucción de la ermita y en ella se acuerda hacer un llamamiento al pueblo para colaborar voluntariamente en forma de donativos para su reconstrucción, recaudando 62.810,70pts.
De esta ermita de planta rectangular destacan las obras de artesanía de la puerta principal de los hermanos Emiliano y Segundo Serrano Cabezas y la escalera de caracol por la que se accede al coro, verdadera obra de arte hecha en madera tallada por Ramón Rivero.
La devoción del Santísimo Cristo data del Siglo XVI y el llamarse de la Antigua porque el Cristo se encontraba en la ermita de la virgen antigua. Su cofradía se constituye en el año 1718, pasando a llamarse sus cofrades “Esclavos del Stmo. Cristo de la Antigua”. A finales del Siglo XIX se construye la primera carroza, que fue donada por D. Enrique de Trastámara y que en la actualidad se conservan cuatro ángeles en talla de madera y el dosel.
Las fiestas patronales del Santísimo Cristo se celebran desde el 13 al 18 de septiembre, siendo el 14 el día del patrón, en el que se celebra una multitudinaria procesión en la que acompañan a la imagen del Cristo en su Carroza, la cofradía, el párroco de la localidad, la Alcaldía y Banda de Música Municipal junto con el resto del piedrabueneros y visitantes que alumbran al cristo en la procesión. La carroza se engalana con lirios blancos y albahaca, que mezclado con las mechas de las velas de cera quemándose, le dan un carácter único y especial a esta procesión, que cuenta con una gran devoción entre los vecinos de Piedrabuena.